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12/5/08

En tierra peligrosa, terrorismo ecologista

De nuevo es el gran Steven Seagal quien tiene el honor de deleitar los paladares a prueba de bazofias con una de esas pelis en las que hace de indioquepegahostiasyquetieneunpasadoturbiotrabajandoparalaCIA (un poco al estilo de aquélla en la que hacía de indioquepegahostiasyquetieneunpasadoturbiotrabajandoparalaCIA).

Seagal es encargado de seguridad (o algo así) de una empresa petrolera dirigida por el grandísimo malo interpretado por el grandísimo Michael Caine (que sorprende tanto en este papel como Sharon Stone en aquel otro). El caso es que un coleguita suyo de cuando era un currito más en la planta (o eso ha de suponer el espectador, porque no se dan más datos) descubre un chanchuyo muy raro relacionado con unas medidas de seguridad defectuosas para poder abrir a tiempo una planta y evitar que el petróleo que es propiedad de Caine vuelva a ser de los esquimales de Alaska.

Vamos allá, como siempre, con la lista de escenas, momentazos, frases, y virajes argumentales dignos de mención:

-Hay una fuga en una planta de extracción y Seagal va con Caine para solucionar el tema. “Eras un buen tipo”, le dice a Seagal su coleguita haciendo referencia a su (por nosotros supuesto) ascenso, “pero ahora eres una zorra”. Seagal peta la zona de la planta en la que ha tenido lugar la avería quedando de pie, de espaldas a la explosión, mientras todos (a excepción de Caine) se tiran al suelo por seguridad.

-Típica escena de bar con un gilipollas que no sabe que meterse con esquimales, indios, asiáticos orientales o animales cuando está Seagal cerca es peligroso. Golpea al esquimal, le vacila, se burla de él y dice cosas como “Bailando con whiskey” después de echárselo por encima. Seagal se pone en pie, “¿Tú qué miras, mariposa?”, dice el gilipollas del bar y uno no se explica por qué le pone ese mote; “Ya se ha liado”, se oye decir a uno que ha leído mis otras críticas o ha visto las pelis. Paliza a la peñuza del bar (entre ellos a un viejete, supongo que por falta de extras), con frases entre medias como “Deja en paz a la gente del petróleo”. Seagal decide que con el gilipollas que ha comenzado todo tiene que divertirse un poco, y le propone jugar a un particular calientamanos en el que, cuando a Seagal le rota, puede golpear la cara, el vientre o cualquier otro punto del cuerpo que no sean las manos; Seagal se pone espiritual, así de repente, y le dice al gilipollas “¿Qué es lo que hace falta para que la esencia de un hombre cambie?”, el gilipollas, llorando como si acabase de ver al jodido Buda, dice “Necesito tiempo para cambiar”. Seagal se va con el esquimal y le dice “Te acompaño a casa”; el esquimal responde “Gracias, hermano. Estás a punto de emprender un largo viaje espiritual”. *Venga, ahora es mi turno para decir cosas inconexas y que nadie sabe de dónde salen en la misma frase: “Hola, esto es una crítica de cine y los pingüinos no comen flores en otoño”.*

-Seagal conversa con su coleguita de la planta. “Creo que te equivocaste”, dice, “Sé que no eres una zorra”, responde el coleguita, “No, eso es cierto”. Siguen hablando, el coleguita le explica todo el rollo ese de los dispositivos de seguridad e invita a Seagal a que lo compruebe. Seagal dice: “He dejado una mochila con armas en tu casa. Las recogeré y me iré a las montañas”; luego el plan de las montañas desaparece, de la mochila no se sabe nada hasta mucho después y casi, como de costumbre, ni se explica por qué cojones hay armas ni ná (hasta que surge el topicazo de la CIA, claro).

-Caine descubre que el coleguita de Seagal va a chivar a los ecologistas el rollo de los dispositivos de seguridad y también que Seagal está investigando el asunto (es quien le pasa la información concreta). Manda a su sicario particular a torturar y matar al coleguita de Seagal (que suponemos que en algún momento se entera de la muerte del colega, pero ni ese momento aparece ni hay reacción ninguna del actor; ni siquiera un “¡Me vengaré!” con cara inexpresiva). No consiguen, a pesar de todo, encontrar el material.

-Caine da una rueda de prensa para decir que la fuga de petróleo con la que comienza la peli no ha producido daños graves y los asistentes gritan lindezas como “¡Mentiroso!” y cosas así. Una “esquimala” (o mejor dicho “esquibuena”, porque está como un tren), que pretende ser la chati de la peli, arroja a Caine un vaso de petróleo sobre el traje en señal de protesta y se larga. Después del numerito este, Seagal, que no sabe nada de lo que le ha pasado a su compi, le dice a Caine que ha investigado el rollo de la seguridad y que se larga; Caine le pide que realice un último trabajo que, evidentemente, es una trampa para intentar matarlo. Pero Seagal es Seagal, y es capaz de escapar hasta de la explosión de una planta de extracción de petróleo. Caine dice que los dos accidentes han sido un sabotaje provocado por Seagal y su coleguita, que han aparecido muertos tras la última explosión.

-Unos esquimales rescatan a Seagal y lo cuidan. El jefe del poblado es el padre de la “esquibuena”, que de repente no recuerda el careto de Seagal como currante de Caine para nada. Tienen una conversación rarísima con la "esquibuena" como intérprete en la que el jefe le dice a Seagal que parece un oso, Seagal responde que es un ratón escondido de los halcones en la casa de un cuervo, y el jefe le dice que esa es la respuesta de un oso. Luego, después de que Seagal intente largarse por su cuenta sin éxito porque los perros que tiran de los trineos le atacan, el jefe y la "esquibuena" se van con él de paseo por la montaña y Seagal tiene un viaje espiritual iniciático extrañísimo (con cosas como elegir entre atender a una vieja con un sonajero artesanal o a una “esquibuenísima” en pelotas) después de que el jefe le cuente una historietilla sobre el origen del mundo que dice que el oso fue puesto en la Tierra para proteger a la Naturaleza de los hombres.

-Los malos llegan al poblado, descubren que Seagal ha estado allí, y en un momento de tensión disparan al jefe. Le da a Seagal un amuleto (del que no se sabe nunca nada más, igual que del mito ese del oso) y la palma justo después. Seagal coge la moto de nieve que los esquimales tienen escondida “para emergencias” y va a la casa del coleguita a buscar sus armas (encuentra junto con ellas el disquete que su coleguita iba a mandar a los ecologistas).

-Los malos llegan a la casa y, como de costumbre, la montan parda cargándose absolutamente todo. Seagal les da pa’l pelo a todos, como es de esperar.

-El malo contrata a unos mercenarios para que den caza a Seagal; “¿Cómo quiere que se lo entreguemos?”, Caine pone cara de malo, “Entiendo”. Mientras, Seagal y la esquibuena tienen una conversación acerca de la tontuna que es eso de los mitos de osos y de ser pacífico, viene a decirle él a ella que la única forma de solucionar el problema, haciendo que el petróleo sea de los esquimales y se quede bajo el suelo es petando la planta y matando a todo Cristo; “Yo amaba a tu padre”, dice en mitad de la conversación, cuando siendo muy generosos con la elipsis cinematográfica han pasado 10 días juntos (la planta va a ser abierta justito cuando acaba la peli y al principio quedan 12 días de plazo).

-Intentan darle caza en las montañas un par de veces pero Seagal se lo monta de puta madre y deja a los mercenarios con la boca abierta. Es en esta parte cuando se descubre que Seagal ha estado en la CIA y toda esa mierda.

-“Viene el FBI”, le dice a Caine su sicario, “No te preocupes. El FBI sería incapaz de encontrar una puta en un burdel”. También es un lugar común la ineficacia de la policía federal y también su facilidad para ser comprados.

-Seagal comienza a petar la planta con ayuda de la “esquibuena”, los mercenarios van cayendo (mientras, dejan auténticas joyas; en un momento dado el jefe suelta una parrafada en un momento totalmente inapropiado haciendo símiles para explicar lo bueno que es Seagal, uno de ellos dice algo como “Es tan bueno que si le dejaras una noche en mitad de la nieve en calzoncillos con un cuchillo y un tubo de pasta de dientes al día siguiente lo verías en la ciudad con coche nuevo y un maletín con un millón de dólares”, otra es “Vigila esta puerta como si se tratase de la virginidad de tu hermana”), el sicario quiere escapar y muere porque Seagal le lanza contra la hélice de un helicóptero, la secretaria de Caine intenta huir también pero choca con el coche, todo se llena de material inflamable y explota…

-Seagal encuentra a Caine, tienen una conversación acerca de lo bueno que es uno y lo malo que es otro, lo tira a un pozo de petróleo y peta la planta con él dentro. Seagal y la “esquibuena” escapan incomprensiblemente.

-Los últimos cinco o diez minutos de película los ocupa un discurso cojonudo (sí, he escrito bien; y no, no me he drogado) de Seagal acerca de cómo contaminamos a lo bestia y sin necesidad real porque el coche eléctrico podría haber sido ya desarrollado, culpa de ello a las grandes empresas y a sus intereses económicos (y a los gobiernos por ser incapaces de hacer leyes efectivas en su contra), y habla de un grupo de gente responsable que evite este tipo de abusos. Amos, que la cosa va de poner bombas como él para arreglar el mundo; terrorismo ecológico, lo que yo decía.

La única pregunta que me surge, es: ¿qué cantidad de CO2 y otros gases contaminantes es emitida al aire por culpa de Seagal cuando peta la planta al final de la película?¿es una cantidad suficientemente menor comparada con el daño que haría la planta? Yo creo que sí; quien quiera entender, que entienda…

3 comentarios:

Corpi dijo...

Oye, tú dirás lo que quieras, pero yo ya tengo la mosca detrás de la oreja. Yo creo que a ti, aunque quieras hacernos creer lo contrario, te encanta S. Seagal, porque de lo contrario no verías sus películas y te tirarías una hora escribiendo para contárnosla.
Un saludo

Oruga Azul dijo...

Hombre, está claro que no me da naúseas ver una de sus películas, sino que más bien me río y me divierto durante hora y pico. Lo que pasa con Seagal es que aunque es tan fachoso como Stalone o Van Damme, no sólo lleva menos rollo de tipo duro enseñando cacha sino que de vez en cuando se hace una peli como esta en la que el "mensaje" es eco-fumable.
Además está el rollo de que hace (en general) un combate más realista que el de Van Damme (que tiene demasiada espectacularidad como para hacerlo creíble del todo) y muchísimo más sofisticado que el de Stalone o incluso que el de Chuck Norris.

Anónimo dijo...

Buena critica, me he reido. Tienes razón, éstas películas son para reirse y entretenerse un rato. Un poco de acción pero sin abusar.

Un saludo.